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¿Qué hacen aquí éstas gaviotas?

La urbanización es una de las mayores amenazas para la biodiversidad. En Barcelona hay 140.000 ejemplares de aves de aves recogidos en el censo actual, de los cuales 83 especies nidificantes se reproducen en la ciudad según el Atlas dels ocells nidificants de Barcelona. La ciudad es de por sí atractiva debido a su arquitectura e historia, lo que hace que tenga bastante turismo, pero sin duda los pájaros que habitan en ella, la embellecen aún más, además contribuyen al control de plagas de insectos, parte fundamental de su alimentación. Barcelona es atractiva por su posición estratégica dentro de la ruta migratoria que sigue la costa y por una temperatura un poco más alta de lo que cabría esperar por situación geográfica, una circunstancia de la que se aprovechan las 10 especies nidificantes de un origen exótico.

Muchas especies están cambiando sus hábitos, costumbres y actitudes siguiendo una tendencia a colonizar el medio urbano. Asimismo, hay muchas especies que han sido introducidas, representando una competencia en cuanto a sustento y hábitat. De la misma manera, introducimos a ves a un entorno donde su alimentación en algunos casos no es viable, por lo que se terminan nutriendo de lo que los humanos les damos de comer, en muchos casos, pan.

Acciones las cuales aparentemente son bien intencionadas, acaban mal acostumbrándolos y dañando su pequeño organismo.

 

Como humanos, hemos llegado a invadir su hábitat construyendo edificios, transformando el paisaje en algo urbano y artificial. La tala de árboles y la ampliación de la urbanización son algunas de las atrocidades que afectan directamente a la fauna que convive con nosotros. Las carreteras, las viviendas, y las infraestructuras de todo tipo sustituyen los espacios verdes por cemento y ladrillo, fragmentan el hábitat de muchas especies por lo que hay menos sitios de protección, anidación y suprimen sus recursos naturales de alimentación. 

Algunas aves logran adaptarse a todos estos cambios y prosperar en las ciudades junto a millones de habitantes, edificios y autos. Además, con la expansión urbana y el mal manejo del arbolado, el hábitat de las aves cada vez se reduce más.

En 2014, investigadores europeos publicaron datos comparativamente similares. Aquel trabajo partía de 1980 y, hasta 2010, se llegó a conclusión que la población de aves europeas se había reducido en 400 millones desde los 2.000 estimados. Este estudio se limitó a 144 especies de las llamadas comunes. según el informe, un tercio de las especies están en declive. La población total ha descendido un 15% en 30 años.

 

Las aves se han ido adaptando a nuestro entorno, apropiándose de estructuras de la ciudad para anidarse y reproducirse, o a veces solo adaptandolos como sitios de descanso. Día a día tienen que sobrevivir a la amenaza constante de otras especies, ya sea por su tamaño o porque pueden robar su nido y sus huevos.

 

La monotonía y el ruido de la ciudad provoca que ignoremos y a veces despreciamos las aves que conviven con nosotros, clasificándolas como algo bello o repugnante, como plaga o maravilla que hacen el favor de adornar el paisaje. 

 

Existe un paralelismo humano con las aves. Ambas especies buscamos un hogar, o tomamos la decisión de construirlo, vivimos en grupos, nos reproducimos, decidimos si migrar a otro lugar o quedarnos en nuestro espacio y comodidad, ser inmigrante o ciudadano. Nos adaptamos al medio, ya sea artificial o impuesto, lo hacemos parte de nosotros. 

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